Hacer el ridículo es uno de los miedos más arraigados en el ser humano
y de ahí derivan muchos miedos más, como son el miedo a hablar en público, a ser rechazado, incluso a destacar y ser visible para los demás, ¿sabes por qué? Porque pocos toleran ser el centro de atención y estar expuestos a la crítica.
Queramos o no, sentirnos observados modifica nuestra manera de actuar, por eso no hay nada más difícil que DEJARSE VER. El miedo puede paralizarte y evitar tu crecimiento profesional, seguramente tú también has perdido oportunidades por pena o por el que dirán.
En la era de hiperconectividad los abogados necesitan ser visible para sus clientes, es fundamental que la gente te conozca, sepa que haces y como puedes ayudarle, por lo tanto, no hay vuelta de hoja, tu misión es hacerte visible para conectar sus clientes.
Hablarles directamente a tus clientes, ya sea frente a frente o por vídeo, te permite sacar a la luz tus mayores fortalezas, pero también tus más grandes debilidades y a nadie le gusta mostrase débil. Cuando te expones físicamente te obligas de cierta manera a identificarte con tu cuerpo, a aceptar tu voz y eso no siempre es fácil porque uno mismo es el juez más severo, nunca estamos conforme con lo que somos ni con lo que tenemos, por lo tanto, el simple hecho de intentar hablar con tus clientes ya implica un aprendizaje.
Desde pequeños nos acostumbran a ser del agradado de los demás,
primero con nuestros padres, hermanos, familia en general, conforme vamos creciendo necesitamos pertenecer a un grupo
por eso somos capaces de modificar lo que sea necesario para ser aceptados y estar vinculados con quien nos identificamos.
Dejarse ver implica también contar nuestra historia, la cual pensamos que puede no interesarle a nadie, pero sucede todo lo contrario, todos tenemos algo que compartir y contarlo puede ser de ayuda para alguien más, no olvides que somos lo que comunicamos, así que muéstrate tal como eres, deja ver tus emociones, la gente percibirá la honestidad de tu mensaje y no tendrán problema para identificarse contigo.
Afortunadamente, hoy contamos con herramientas tecnológicas que nos hace fácil poder hacer que nuestro mensaje llegue a quienes lo necesitan,
pero requieres un poco de valor para dejarse ver, te dejo un método sencillo de cuatro pasos para trabajar con el miedo a la visibilidad:
#1.- Ponte un gran objetivo
#2. Atrévete a mostrar quién eres y que haces
#3. Diferénciate de la competencia
#4. Analiza tus acciones conforme vayas avanzando
¡atrévete a ser visible para tus clientes!